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Nuevo año

No siempre
los finales son tan fastuosos
como se quisiera,
a veces ni siquiera
se anuncian
ni sentimos la fría llegada
de tanta nuevas páginas en blanco.

Este año se ha ido
con las cicatrices
y un suspiro escandalosamente largo.

Quedó mucho para dolerse y recordar:
ese reciclaje absurdo de emociones.
Un amor que llegó sólo
para enseñar que quedan esperanzas
a pudrir
y emponzoñadas alas de cera.
Un nombre más
para quemar en la memoria.


Recuerdos…
oscuro embalsamaje
del año que se derrumba
sin sentido
y una reinterpretación le sucede
a una desabrida desgracia.


Un año que se va.
Otro que simplemente viene.



(Este poema lo escribí el 2 de enero del 2005)





Hace un año llegué derrapando. El 2003 no había sido exactamente amable conmigo, sino todo lo contrario. Había tenido unas experiencias amorosas que terminaron muy mal… como dice el poema, sencillamente reiterando que el amor no es para siempre y sólo deja dolor a su paso. Así pensaba hace un año. Sin esperanzas de que el 2004 fuera distinto, que sólo era capaz de proporcionarme una nueva versión de la tragedia de mi vida en soledad. Hace un año, me sentía de verdad triste y mal.

¿Quién me iba a decir que al final, sobreviviría a este año que se va, con esta sonrisa? ¿Quién me iba a decir que le diría adiós sin rencor y con tanto aprendizaje?

Amigos, familia, lectores (¿existen?). Ahora, mientras escribo, pienso en todos ustedes. Y los quiero, los pienso y los quiero.

Ando muy sentimental hoy, de verás, me van a tener que disculpar. Pero quién no lo estaría después de una taza de café, de las empanadas rellenas de calabaza de mi tia, de Mecano a todo volumen. Y de mi primo siendo feliz con un videojuego que se juega con un par de tambores.

Quisiera poder decirles a cada uno lo que significan para mí. A todos y cada uno lo que me han enseñado de mí misma. Lo que he crecido con conocerlos, los horizontes que se han ensanchado por sólo compartir el tiempo y el espacio con ustedes. No lo hago, no por falta de ganas o espacio o tiempo (aunque algo hay de ello…) sino por el riesgo de omitir a alguno involuntariamente. Ya no quiero decirles que mis mejores deseos para ustedes, lo saben de antemano. Quiero decirles algo nuevo:

Quiero que el próximo año sea yo más digna de su amor. Ese es mi propósito. Quiero que cuando busquen la realización de sus deseos, de sus sueños y propósitos, quiero estar junto a ustedes. Mi único deseo es un año más para crecer a través de ustedes (lo que es la única manera de crecer).

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